Disfemia
Pediatría
DEFINICIÓN DE LA DISFEMIA
Es un trastorno de aparición
infantil en la inmensa mayor parte de los casos.
Suele iniciarse en el curso de la instauración
del lenguaje. La mayor parte de los casos son
transitorios (hasta un 80% de recuperaciones).
Alrededor de un 5% de niños han presentado o
presentan algún tipo de tartamudeo, pero
solamente el 1% de adultos siguen con este
trastorno.

"La disfemia suele
aparecer alrededor de dos edades críticas: entre
los 2-3 años, y hacia los 6 años de edad"
CAUSAS DE LA DISFEMIA
Son varias las terapias
propuestas para el tratamiento de la disfemia
así como las teorías propuestas para su
explicación. Analicemos sucintamente alguna de
ellas. En principio se acepta que tal problema
aparece en niños con alguna insuficiencia en la
función organizadora del lenguaje, y sus causas
suelen establecerse en las relaciones que, en su
origen, tiene esta función con otras funciones
psicológicas más profundas. Muchas veces se
invoca como causa fundamental una insuficiencia
del pensamiento linguoespeculativo.
Cabe distinguir dos formas de
pensamiento humano: la sensoactorial en que la
figuración mental se realiza mediante imágenes
(es decir, pensamos en un tren y "vemos" la
imagen del tren) y la linguoespeculativa que se
lleva a cabo por medio de palabras (es decir,
pensamos en un tren y "vemos" escrita la palabra
"tren"); ésta última es la que permite el
proceso de comunicación, mediante el lenguaje,
de unas personas a otras. En el acto de hablar,
es necesario que el pensamiento surja de una
forma linguoespeculativa, puesto que debe
realizarse con una gran rapidez. Así, hay
personas que gozan de "inmediatez" lingüística
(encuentran inmediatamente la palabra adecuada)
y que jamás van a sufrir tartamudeo. Y otras,
que carecen de esta inmediatez lingüística.
Solamente entre éstas, afectas de insuficiencia
linguoespeculativa (en que las imágenes
sensoriales no hacen surgir inmediatamente las
palabras, e incluso obstaculizan su aparición)
va a aparecer la tartamudez.
"El tartamudeo consiste en
la repetición o prolongación frecuente de los
sonidos, o de las sílabas"
EDAD DE APARICIÓN DE LA TARTAMUDEZ
La disfemia suele aparecer
alrededor de dos edades críticas. Por una parte
entre los 2-3 años, coincidiendo con la
organización del lenguaje; por otra parte, hacia
los 6 años de edad, edad de la escolaridad,
primera en que se le exige una primera
adaptación social de cierta envergadura. También
puede aparecer por primera vez en la
adolescencia, edad a la que, de todas formas, se
suele acentuar, pues los factores emocionales
que aparecen pueden jugar un papel
desencadenante especial.
Dado que la tartamudez
aparece en edades tempranas en las que son
frecuentes las repeticiones de fonemas, de
sílabas y aún de palabras de dos sílabas, y que
se ha dado en llamar tartamudez fisiológica (es
decir, normal), conviene aclarar que ésta no
existe como tal tartamudez ya que dichas
repeticiones no tienen carácter convulsivo. La
repetición no es disfemia necesariamente. Solo
existe ésta si aparece una tensión espasmódica o
clónica en el proceso de emisión verbal. La
redundancia es normal, mientras que la disfemia
espasmódica es patológica.
"La tartamudez se
incrementa en las ocasiones de tensión emocional"
RESPUESTAS DEL PACIENTE ante la disfemia
Una vez instaurada la
disfemia, el comportamiento del paciente suele
ser muy variado. Muchos tartamudos no parecen
sufrir con su problema. En otros aparecen
síntomas que revelan una ansiedad subyacente que
puede ser muy discreta o muy acusada. Otros, en
fin, se cierran en el silencio, evitan las
situaciones de conflicto y al final también a la
mayoría de las personas. En estos casos el
trastorno sobrepasa el área del lenguaje para
integrarse más en el marco de la psicopatología.
En general puede decirse que
la tartamudez se incrementa en aquéllas
ocasiones en que la tensión emocional del
disfémico aumenta, especialmente si aumenta en
relación a la emisión del lenguaje (angustia de
anticipación). La disfemia se acentúa en
circunstancias que marcan una etapa de
adaptación social, o que ponen en cuestión dicha
adaptación. Lo cierto es que el disfémico se
encuentra expuesto a alteraciones psicológicas
que es preciso someter a un tratamiento, bien
para superarlas bien para lograr un aceptable
equilibrio que le permita asumir su problema,
como requisito previo para lograr su superación

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